Para extraer petróleo empresas emplean la técnica del
fracking que viene tomando más popularidad desde hace unos diez años
aproximadamente. Ha creado una gran controversia por la relación entre su uso y
beneficios energéticos y el daño medioambiental que deriva de esta técnica, en
la cual se necesita una enorme cantidad de agua que termina contaminada al
mezclarse con arena y otros productos químicos, para inyectarse a presión en la
tierra favoreciendo su figuración, e incluso la disolución de las mismas rocas
que encierran el gas o el petróleo facilitando su extracción. Esta técnica impacta
el ambiente contaminado las aguas subterráneas, generando contaminación atmosférica,
emisión de gases de efecto invernadero, terremotos inducidos, contaminación acústica.
Además para fracturar las rocas se utilizan una serie de químicos exentos de regulación
federal y de los cuales su información está protegida por intereses
comerciales. Pero se sabe que por lo menos 260 sustancias químicas presentes en
estos productos de los cuales se sabe que son tóxicos, cancerígenos o
mutagenicos. Los cuales pueden contaminar el agua subterránea debido a fallas o
filtraciones en el pozo y el movimiento a través del subsuelo perdiéndose en
nuestra tierra.
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